Somos árboles sin hojas
Troncos muertos, incendiándonos por dentro con risa funeraria.
el avance es dolor a nuestras raíces
el viento nuevo hace estragos en nuestras vísceras
la lluvia sana nuestras heridas
lavando el rostro de nuestra visible decadencia
pero al final renace aquello sepultado
raíces y sombras, destierros de otoño
verdades arraigadas profundas
profanas
se deshojan lamentando sus lágrimas.
sábado, 20 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Cómo Me Gustan Estos Cadáveres!
ResponderEliminar